PHOTOGRAPH
Cuando Isa y Alberto entraron en la casa, Oscar y Nerea estaban sentados en el sofá, mirando las fotos que acababan de hacer. Levantaron la mirada cuando oyeron la puerta.
- ¿Cómo han quedado las fotos? – preguntó Isa curiosa.
- Mira, ven – la invitó Nerea a ver las fotos. Isa y Alberto se sentaron junto a ellos.
- Yo también quiero hacer fotos – Isa se levantó de un salto y cogió a Nerea de un brazo, obligándola a levantarse. - ¡Vamos a hacer fotos! ¡Vamos a hacer fotos! – Oscar y Alberto miraron la escena divertidos.
- Primero vamos a comer – dijo en Nerea dirigiéndose a la cocina.
- Te ayudo – se ofreció Oscar.
Mientras Nerea y Óscar preparaban la comida, Isa y Alberto pusieron la mesa. Cuando terminaron de comer se pusieron a hacer fotos, terminando riéndose y gastando bromas.
PLANES
El viaje Barcelona-Burgos se hizo largo. Esther se pasó gran parte del viaje durmiendo, y Monse escuchando música.
Cuando bajaron del bus, los padres de Monse ya las estaban esperando. Metieron las maletas en el coche y fueron a casa. Tras descansar un poco llamaron a Nerea para quedar esa noche.
- ¡O sea hello! – contestó Nerea
- Nerea por Dios… - Monse empezó a reírse. Oyó las risas de fondo - ¿Qué fiesta tenéis ahí montada?
- Nada, solo estamos haciendo fotos.
- ¡Ah! Alberto, ¡para! ¡Que tengo muchas cosquillas! – se oyó a Isa por detrás.
- Sí, claro. Fotos – dijo Monse negando con la cabeza.
- Ya ves. Bueno, ¿qué tal por Barcelona?
- Supongo que bien, aunque por Burgos hace “fresquibiris”
- ¿Burgos? ¿Estás aquí? – Nerea se puso a chillar como una histérica.
- Si, pero no grites que me vas a dejar sorda. ¿Tenéis planes para la noche?
- Ninguno en especial. ¿Tótem y Jump?
- Por ejemplo.
- Vale, ¿dónde quedamos?
- ¿Catedral?
- Perfecto. A las 11. Esta Esther ¿no?
- Sí. A la noche nos vemos.
- Por cierto, Monse, vendrán Alberto y Oscar ¿vale?
- ¿Alberto?
- Un compañero de Isa.
- Vale, entonces nos vemos los seis.
- Bye!
- Adiós Neres.
Monse colgó y le hizo un pequeño resumen a Esther. Cenaron pronto y se prepararon para salir hacia la catedral, dando un largo paseo.
ALICIA
Mientras las chicas se preparaban, los chicos pusieron la televisión, buscando algo con lo que hacer tiempo.
Nerea acabó la primera. Fue al salón y se sentó en el sofá, entre Alberto y Óscar. Cuando Isa hubo terminado salieron de casa, dirección a la Catedral. Durante el camino, Isa y Alberto se fueron a hablar de quién sabe qué y Oscar y Nerea hicieron el mismo.
- Bueno, ¿qué tal con Alicia? – preguntó Nerea. Hacía tiempo que no hablaban de su novia.
- Bien, supongo – contestó Oscar, indiferente.
- ¿Supones? ¿Cómo que supones?
- No me llama desde hace una semana.
- ¿Y la llamas tú?
- ¿Para qué?
- Para hablar, idiota. Llámala ahora mismo y dila que venga – Oscar iba a protestar, pero Nerea prosiguió – O la llamas tu o la llamo yo.
Oscar suspiró resignado y llamó a Alicia. Quedó con ella también a las 11 en la Catedral. Cuando hubo colgado, Nerea le dio una colleja, no muy fuerte, lo suficiente como para que se diese cuenta de lo estúpido que había sido.
- ¿Tan difícil era?
- A lo mejor tenía ya planes.
- Pero si no llamabas no lo ibas a saber.
- Supongo.
- ¿Seguro que todo va bien?
- Si, va perfecto. Nerea notó que estaba mintiendo pero vio absurdo discutirlo. Ya hablaría cuando tuviera que hablar.
Los cuatro llegaron antes de que Monse y Esther llegaran. Sin embargo, Alicia ya estaba allí. Oscar se sentó con ella en un banco mientras Nerea, Isabella y Alberto hablaban de fotografía, esperando a que Monse y Esther. A las 11 y diez aparecieron por allí, con paso tranquilo. Isa se señaló la muñeca, haciendo referencia al retraso, pero la ignoraron. Oscar y Alicia se unieron al grupo y los siete se fueron al Tótem.
TOTEM
Cuando entraron en el pub, el camarero saludó a Isa y a Nerea. Se habían vuelto clientes habituales y eso tenía sus ventajas.
- Hola chicas- dijo el camarero- Que bien acompañadas os veo hoy.
- Hola – saludó Isa
- ¿Cómo va el día? – preguntó Nerea
- Acabo de abrir – dijo limpiando un vaso
Los siete se sentaron en los taburetes mientras empezaba a sonar “Kings And Queens” de “30 seconds to Mars”. Isa empezó a chillar y a bailar mientras el resto, incluido el camarero, se reían.
- Bueno, ¿Qué vais a tomar?
- Yo un chupito de… - Nerea interrumpió a Monse.
- Para ella un “Beafeater” y para mí un cubalibre.
- Yo naranja con “Negrita” – dijo Isa
- Dos naranjitos – dijo Oscar
- Otro para mí – Alberto hablo desde las sombras.
- ¿Algo más?
- Esther, ¿tú que quieres? – dijo Nerea
- Martini con “BlueTropic”
El camarero empezó a preparar todo mientras los demás hablaban: Isa hablaba con Alberto, Monse con Esther, Oscar con Alicia… Nerea se quedó mirando a ningún sitio. Notó que su móvil empezaba a vibrar. Lo sacó y contestó saliendo del pub.
- ¿Si?
- ¿Nerea González? – una voz femenina habló desde el otro lado de la línea, con acento americano.
- Sí, soy yo. ¿Quién es?
- Eh, sí. La llamamos de la Universidad de Los Ángeles, del departamento de becas.
- ¿Pasa algo?
- Recibimos una solicitud suya y la llamamos para que confirme su asistencia al curso de verano. Le mandamos un correo pero no hemos recibido contestación; no sé si estaría mal puesta la dirección o algo – mientras la chica hablaba Nerea repasaba mentalmente lo que había hecho en los últimos días; había mirado su correo todos los días pero… “Mierda” pensó “el correo de hoy. Con el lio de las fotos se me había olvidado”
- Eh, sí, sí. Me fue imposible contestar al mensaje.
- Ya sabe que el curso de verano es importante para entrar en la universidad.
- Si, lo sé.
- En ese caso la informo de en qué consiste este año. En verano el número de “photoshoots” se multiplica por mil. Deberá acompañar a un fotógrafo durante dos meses, Julio y Agosto, y presentar un informe en Septiembre, y su exposición correspondiente, lo cual se calificará y condicionará su ingreso en la universidad. ¿Lo ha entendido?
- ¿Y cuando tengo que ir? – no se podía creer lo que la estaba pasando. Era imposible que hubieran aceptado su solicitud.
- La presentación es en 15 días, pero la recomiendo que venga una semana antes para acostumbrarse al horario e instalarse. Acabamos de reservar dos pasajes para dentro de tres días. Puede llevar a un acompañante.
- ¿Me voy en tres días? Vale, ¿hace falta que lleve algo en especial?
- Lo que vea necesario.
- Está bien. Gracias por todo.
- Buen viaje.
Colgó y Nerea empezó a dar saltos en la mitad de la calle. Entro al pub con una sonrisa de oreja a oreja bajo la atenta mirada de los demás. Se sentó en su taburete y bebió tranquilamente. Esperaron impacientes a que Nerea dijera algo; había estado un cuarto de hora hablando por teléfono y había entrado con una gran sonrisa. ¿Qué había pasado?
- ¿Nos lo vas a decir o lo dejamos para mañana? – dijo por fin Monse.
- ¿El qué? – Nerea se hizo la tonta pero termino contándoselo – Eran de la Universidad de Los Ángeles – hizo una pausa dejándoles con la intriga – Han aceptado mi beca. Me voy en tres días. – todos empezaron a aplaudir y a darle la enhorabuena.
- ¿Cuándo vuelves? – preguntó Isa después de un rato.
- Si todo va bien y encuentro trabajo me quedaré a vivir.
- Entonces, ¿se acabó lo del mejor de nuestras vidas?
El pub se quedó en silencio tras las palabras de Isa. Nerea no sabía que hacer… se lo había prometido pero esa beca era una oportunidad única en su vida.
FIN DE NOCHE
La noche trascurrió en tranquila, entre chistes, risas y un poco de alcohol.
Tras salir del Tótem, Alicia se fue a casa. Todos pensaban que Oscar la acompañaría, pero en cuanto se fue se puso a hablar con Nerea, que había estado callada toda la noche, algo raro en ella.
- No estés mal, ¿vale? – la dijo al oído. Nerea asintió, intentando sonreír. Monse, disimuladamente, observó la escena.
- Bueno, ¿ahora qué hacemos? – dijo Isa un poco más alto de lo que debia, el alcohol estaba empezando a afectar el cuerpo poco acostumbrado de la colombiana.
- ¿Vamos al “Jump”? – propuso Nerea un poco más animada.
- Yo a lo mejor me voy a casa. Llevo todo el día fuera de casa… Mi compañero debe estar preocupado. Además, me duele un poco la cabeza.
- Venga nen. Quédate – intentó convencerle Esther.
Alberto miro a Isabella como si de ella dependiera su decisión. Sus ojos se encontraron e Isa sonrió. Alberto suspiro resignado.
- Perfecto, vamos al Jump – dijo Monse
- Vamos mejor al Twenty. Hay unos privados… podemos estar más tranquilos – propuso finalmente Oscar. El resto asintieron y se pusieron rumbo al Twenty.
Una vez dentro se sentaron es los sofás, menos Oscar.
- ¿Qué queréis? ¿Lo mismo de antes? – todos asintieron y Oscar se fue. Monse aprovechó para hablar con Nerea
- ¿Tu que te traes con Oscar? – intentó que nadie la oyera.
- ¿Qué? ¿Yo? Nada, ¿por?
- Porque está loquito por ti… y tu parece que lo estás por él.
- A ver, es un chico majísimo, y ya sabes lo que me pasa a mí. Además, está con Alicia… no creo que sea capaz de hacerle nada; la aprecia demasiado.
- Yo hoy no les he visto tan bien como otros días, ¡eh!
- Están teniendo problemas. Tuve que convencer a Oscar de que la invitara a venir, para que la llamara.
- Tu misma te lo dices todo.
- Que no creo, tía.
- El tiempo lo dirá. Y sabes que eso no falla nunca.
Nerea negó con la cabeza, justo cuando Oscar entró por la puerta. Repartió las bebidas como un camarero y se sentó en el sofá, haciéndose un hueco entre Monse y Nerea. Monse carraspeo y la rubia la miró mal.
- Bueno, ¿y qué planes tenéis para el verano? – preguntó Oscar para romper el silencio que se había formado cuando entró con las bebidas.
- Pues yo tenía plantes, pero me los han jodido – Isa habló de mala gana.
- Isa, que la Nerea no tiene la culpa, joder – la defendió Esther.
- Puede decir que no… ni que fuera tan importante.
- Lo es, Isa… sabes lo importante que es esta beca para mí… Ponte en mi lugar… ¿tú que harías? Imagina que fueras tú la que consigue esta oportunidad... ¿te gustaría que te echara en cara que no fuéramos a estar juntas todo el verano?
- A ver – Oscar puso paz entre las dos amigas – Isa, ¿Por qué no vas tú también a Los Ángeles? Vamos, yo creo que es muy sencillo ¿no?
- No tengo donde quedarme.
- Bueno, yo tengo casa allí… podíamos ir todos a pasar allí las vacaciones ¿no? – dijo Oscar como si tener una casa en Los Ángeles fuese la cosa más normal del mundo.
- ¿Qué todos? ¿Los seis? – Nerea habló incrédula, pero sonriente. Le encantaba la idea… pasar las vacaciones en Los Ángeles… y con sus amigos: un sueño hecho realidad.
- Claro. Tu tampoco tienes donde quedarte… Así tienes un problema menos.
- Si, pero ¿qué hacemos nosotros allí? – preguntó Monse
- ¡TURISMO! – gritó Isa. Todos estallaron en carcajadas
- Bueno, entonces ¿cuándo nos vamos? – preguntó Alberto. Todos le miraron sorprendidos; no había abierto la boca desde que entraron en el bar.
- Yo en tres días – dijo Nerea
- Yo voy contigo, si me dejas, claro – dijo Oscar – Vosotros cuando queráis. – Todos asintieron.
- ¡Este va a ser el mejor verano de mi vida! – Isa se levantó de su sitio y se puso a gritar
- De nuestras vidas – la corrigió Monse, riendo como los demás.
Terminaron sus bebidas, pagaron y se marcharon cada uno a su casa, con la cabeza puesta en el verano.